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El significado que demos a las cosas que vivimos va a marcar la diferencia.

Delante de un problema podemos actuar de dos formas. Podemos preguntarnos ¿Por qué me pasa esto a mi? Y con esta pregunta sentirnos víctima de las circunstancias. Muchas veces nos cuesta mucho salir de estos estados de tristeza e impotencia que nos puede crear la vida. Ya sabes que nos volvemos adictos a sentirnos de determinada forma y cuesta salir de esos bucles de pensamiento negativo y victimismo.

Puestos a gastar energía en esa situación actual que nos crea malestar, es mejor invertirla en buscar soluciones y preguntarnos ¿Para qué me pasa esto? Muchas veces habrás visto que un aparente desafío pasado fue un punto de inflexión que transformó tu vida. Muchas veces miramos hacia atrás y pensamos; “mira,si no me hubiera sucedido eso aún estaría igual”. Podemos salir hundidos o reforzados de una situación, todo depende de lo que nosotros recalcamos.

Cuando aprendemos a hacernos las preguntas adecuadas, todo cambia. Si tenemos problemas económicos, nos podemos preguntar: ¿Qué puedo hacer para mejorar mi economía? ¿Qué puedo aprender que me ayude a gestionar mejor el dinero? ¿Dónde están las pequeñas fugas de dinero que acaban siendo grandes a final de mes? ¿Cómo está mi atención relacionada a mi economía? ¿Gestiono correctamente mis ingresos?

Si tenemos problemas en las relaciones de pareja, nos podemos preguntar: ¿Estoy repitiendo algún patrón pasado que ya me trajo problemas? ¿Me quiero, me valoro? ¿Le estoy dando a mi pareja lo mismo que yo reclamo?, ¿Me relaciono desde el amor o el miedo? ¿Que vacío tengo que quiero llenar con mi pareja?

Si tenemos problemas de salud, nos podemos preguntar: ¿Qué malos hábitos me han llevado a la situación actual?, ¿qué necesito cambiar en mi para estar mejor?, ¿Le he dado la atención necesaria a mi cuerpo y estado de salud?, ¿Qué puedo hacer para estar mejor?, ¿Qué hábitos puedo cambiar o incorporar para mejorar?

Cuando podemos hacernos las preguntas adecuadas, todo cambia. En el momento en que estamos buscando soluciones para superar esos problemas, ya estamos abandonando el rol de víctima. Muchas veces esperamos a que las cosas se solucionen solas como por arte de magia, pero si no ponemos de nuestra parte poco cambiará y normalmente tenderá a empeorar. Puestos a invertir energía, hagámoslo de forma positiva, en lugar de continuar centrados en el problema y de esa forma continuar alimentándolo, busquemos la forma de saltarlo