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¿Cuántas veces miras el reloj cuando estás estudiando? ¿Cambias mucho de postura o lugar a la hora de estudiar? El espacio y el tiempo pueden ser una lacra o nuestros aliados a la hora de estudiar siempre que sepamos darles la mesura adecuada y la importancia justa.
El hombre es un animal de costumbres, así que no es mala idea tener una horas determinadas para estudiar y un sitio determinado para estudiar. Lo ideal es que cuando nos pongamos a estudiar haya habido un espacio de tiempo de al menos media hora en el que hayamos desconectado de nuestros problemas, hayamos descansado de cualquier actividad sea física o mental, para no arrastrar los problemas ni el cansancio a nuestro momento de estudio. En cuanto al sitio, siempre es preferible si estudiamos de día, estar en una habitación soleada, pues nuestra vista sufrirá menos, pero sobre todo que sea una habitación tranquila, sin ruidos y sin trasiego de los demás miembros de la familia. ¿Que no podeis tener un tiempo sin ruido? Pues unos tapones en los oídos o unos auriculares con música SUAVE (nunca más de 60 minutos y nunca más del 60% del volumen total del aparato) y a ser posible instrumental, cuanto más abstracta mejor…
La música nos puede servir para ponernos metas temporales… Hasta que no termine este disco no voy a levantar la vista de los apuntes, incluso podemos utilizar barritas de incienso que pueden ayudarnos a concentrarnos en el estudio y que, además, suelen durar una hora exacta. Podemos decir igualmente, hasta que no se apague la barrita no voy a levantar la vista del tocho.
Otra forma de autofustigarnos es ponernos metas en la cantidad de materia. Hasta que no me repase este tema no paro…
¿Y en qué empleamos el descanso? Si en la habitación se vicia el aire, saldremos a la calle a tomar el fresco, es ideal sacar al perro y si tenemos un parque o un sitio donde podamos enfocar la vista de lejos… mejor que mejor, nuestros ojos nos lo agradecerán…
Lo que no debemos hacer es descansar viendo la tele, o empleando el ordenador o cogiendo otro libro… Esto sólo nos cansará más la vista y más si no disponemos de luz natural por la ubicación de la vivienda o por nuestro horario de estudio.
A veces no es la rutina lo que nos puede ayudar, sino la introducción de pequeños cambios, sentarnos en otra silla, tumbarnos un rato en el sofá… (Siempre que no nos de sueño, claro) Darnos el premio de un café o un cigarrito (Sí, hasta ahora las dos únicas propiedades buenas del tabaco son que la nicotina estimula la capacidad de concentración y que el humo ahuyenta a los insectos, jeje)
El escritor frances Honore de Balzac tenía la manía de vestirse de monje, sin serlo, y rodearse en su estudio de naranjas podridas, para conseguir el ambiente y la sugestión necesarios para ponerse a escribir…
No digo que vayamos a caer en semejante excentricidad pero todo vale con tal de maximizar el rendimiento de nuestro estudio.
Por último, recordad que estudiar es ESTUDIANDO, no estudiaré, estudié, debería haber estudiado… no es hacer como que estudiais… Si no os concentrais pensad en hacer una lectura comprensiva del texto… Si no entendeis una palabra, buscadla en el diccionario, esto os servirá para hacer una pausa, no habreis perdido el tiempo en cosas inútiles y os ayudará a comprender el texto y otros venideros…
¿Y si todo esto no funciona? Pues os recomiendo el mismo método de relax que empleaba el personaje del Inspector de policía de Plenilunio, de Antonio Muñoz Molina y que tiene su variante en el método de mi viejo amigo Julio Benito Real. Si tienes ganas de hacerte una paja… Hazte diez flexiones… Si sigues teniendo ganas… Hazte otras veinte… Si las ganas persisten hazte treinta… Si aún así continuan, date una ducha fría… ¿Y si por mor de mores aún tienes ganas? Pues háztela y quédate agusto. Yo os recomiendo el de Muñoz Molina que es como el procedimiento de urgencia en Administrativo: Se reducen los plazos a la mitad…
¡Que no estamos para perder el tiempo!