A estas alturas de mes las luces y jolgorio navideños se han desconectado.
Un año más, tras esos días de extras, en todos los sentidos; y desequilibrio, también en general, nos encontramos, de sopetón, con la apagada realidad de retomar lo cotidiano.
Ya, sobrios, a media luz, para controlar el gasto eléctrico y sin la algarabía y buenos deseos y felicitaciones por doquier, amanece el día, y hay que ponerse en marcha, afrontando las situaciones que, sobre todo los retos, dejamos aparcados por unos días, pero que no han desaparecido ni mágicamente se solucionaron…
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