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Como la lista de compra

¡Buenas tardes, opositores! Volvemos hoy a deleitarnos con una entrada de la Instagramer @retodeunaopositora con la cual creemos que muchos de vosotros volveréis a sentiros identificados.

Nos encanta recibir estos post de opositores y opositoras experimentados donde nos cuentan sus experiencias y nos dejan conocer parte de sus vidas privadas y de su personalidad.

Y a vosotros seguro que también.

Os dejo con la lectura de sus palabras.

¡Felices cabalgatas y feliz día de Reyes! y como os digo siempre ‘que sea productivo’.

 


 

Adoro los inicios de años, tanto como las navidades y es que tengo un ritual desde hace unas cuántas temporadas. Cada 1 de enero hago una lista de objetivos anuales, no sé si podréis llegar a entenderme, es ineludible para mí.

En ella escribo todo lo que voy a alcanzar, focalizo mis propósitos durante los próximos doce meses y no sabéis la satisfacción que se siente cuando comienzas a tachar los logros conseguidos.

Sacarme el carné de coche ha estado en mi lista de algún año y la carrera de derecho que es la pasión de mi vida, estudiar inglés como una prioridad, francés por amor al arte, informática por curiosidad, ahorrar una cantidad mensual como parte de aprender a planificarme, viajar para conocer otras culturas y todo con lo que he soñado ha estado escrito en el final de una agenda, casi oculta y secreta, sólo para mí.

Hago listas desde que era adolescente, es mi manera de tener presente y a mano, todo aquello por lo que me esforzaría, y creedme, da muchísima fuerza. No soy de comenzar algo y abandonar, pues rendirme no se encuentra en mi diccionario mental, leerla de vez en cuando me reanima la energía y sigo luchando con más ganas sin desviarme del camino.

Este año también he hecho mi lista, como no puede ser de otra manera. La seguiré haciendo hasta que me quede sin aliento para soñar e imaginar, pero nunca ha sido tan corta y ambiciosa a la vez. En ella está ser titular de una plaza en un juzgado y ello implica el reto más incierto para mí, jamás planteado, porque el resto tenía la certeza de lograrlo en el plazo señalado.  Sabiendo en lo que estoy inmersa ahora, considero que los años anteriores me resultaron de menos esfuerzo.

Aun así, tomé hace unos meses la decisión de opositar por lo que incluirla era una prioridad y ciertamente es mi motor este año, el más importante.

He leído, en alguna ocasión, que hacer estas listas anuales no es recomendable, porque muchas veces se quedan en el camino y puede llegar a ser frustrante.  Yo estoy totalmente en desacuerdo con estas opiniones porque cuando tienes las ideas claras de tus objetivos, te resulta más fácil ir a por ellos. No debemos asociar el no conseguir llegar a una meta anual con el fracaso por la falta de voluntad personal. Lo que quiere decir que suspender la oposición o no obtener la plaza deseada, no está en este caso. Me refiero en realidad a desertar por ausencia de firmeza en continuar proyectos.

Desde el punto de vista psicológico, en mi modesta experiencia, la lista de objetivos ayuda a centrarse en lo más importante, a tener la sensación de control, organización y seguridad en lo que queremos, a ser más objetivos y buscar las vías para hacer realidad lo allí escrito.

Esta frase de uno de mis autores favoritos, con la que concluyo, borda lo antes expuesto:

 

Un objetivo sin un plan es sólo un deseo” (Antoine de Saint-Exupéry)

 

¿Y tú, escribes tus metas como haces la lista de la compra?

 

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