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El Verano y la Oposición

¡Hola a todos!

Parece que el calor ha llegado para quedarse. El verano siempre me ha gustado, siempre ha sido sinónimo de playa, descanso, de hacer planes, hasta que empecé la oposición. Hay algo en lo que creo que todos los opositores coincidimos, el verano es horrible para estudiar, ¿verdad que sí?

Y no sólo influye el calor y la humedad sofocante -el ventilador a final de verano está que echa humo- sino también por la cantidad de cosas que apetecen hacer y ninguna de ellas es estudiar 10-12 horas diarias. A todos nos gustaría estar los tres meses de verano tirados en la playa tostándonos al sol, no tener el despertador que suene cuando amanece, o como digo yo, cuando las calles aún no están puestas, sin embargo seguimos al pie del cañón, estudiando, batallando contra la pereza. Y las redes sociales no ayudan mucho. Estos días todo son fotos de vacaciones, playas estupendas, mojitos en terrazas al anochecer, etc. y dices ¡quién pudiera!

Siempre he pensado y pienso que nuestro verano llegará de la mano de la recompensa, ¿os imagináis el verano que hayamos aprobado la oposición? Visualizadlo por un momento. Ese sí creo que será EL VERANO de nuestras vidas, incluso mejor que cuando aprobamos Selectividad. Habremos conseguido lo que tanto tiempo llevábamos esperando, podremos hacer todos los planes que antes no hemos podido hacer, volveremos a esa libertad que tantas veces añoramos.

Por eso el día que estemos un poco más flojos de ánimos debemos pensar que según la oposición que estemos haciendo y como estén las convocatorias, puede ser el último verano que tengamos que estudiar, puede ser el último que tengamos que estar sin vacaciones. Siempre he pensado que la oposición, con todo lo que implica, hay que llevarla de la mejor manera posible, adaptándonos a las circunstancias y buscando el lado bueno de las cosas, porque aunque parezca que no, lo tiene. Son las pequeñas cosas las que nos tienen que servir para seguir adelante, motivaciones para el día a día y así ver el vaso medio lleno en vez de medio vacío.

Y en eso de ver el vaso medio lleno hay una serie de cosas que podemos hacer y que nos ayuden para que estos tres meses de calor no se hagan tan pesados:

  • Levantarse antes para aprovechar las horas de menos calor. Como ya os he contado rindo más por las mañanas y es una de las cosas que hago en verano. De esta manera la tarde es más corta, pues al empezar antes a estudiar también puedo acabar antes y se hace menos pesada. Y eso también nos permite tener un ratito de la tarde para nosotros y hacer lo que queramos como ir a dar un paseo, ir al gimnasio o simplemente tirarnos en el sofá.
  • Comer cosas ligeras al mediodía para que no nos dé el bajón y nos entre el sueño de una siesta de tres horas y la pereza para empezar el turno de tarde.
  • Hacernos cubitos de café. Para los que no podemos vivir sin café es una muy buena manera de estar activos y fresquitos.
  • Hacernos batidos naturales de frutas congeladas. No sólo nos aporta nutrientes y nos da energía sino que también, como en el caso anterior, nos refresca.
  • Poner una toalla o una sábana en la silla para no quedarnos pegados al sentarnos y disminuir la sensación de calor.

Y vosotros, ¿tenéis algún truquito que os ayude a sobrellevar el estudio en verano?

¡Mucho ánimo a todos!

¡Un saludo!

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